Es nuestro sello de vida, la energía que rodea nuestro cuerpo con sus emanaciones de color que envuelve o rodea al cuerpo desde los diferentes cuerpos dimensionales que lo componen y sus correspondientes auras, con sus colores y su relación con los principales Nadis y chacras, que a su vez se asocian a los 7 rayos espirituales, cuya frecuencia influye directamente en la humanidad

Alguna vez te has hecho preguntas como… ¿Por qué si llevo una vida tan saludable, padezco de tantas dolencias o malestares? ¿Te has preguntado si a nivel mental o emocional eres tan saludable como a nivel físico, o al revés? o ¿Por qué si toda tu familia es “sana”, tú has padecido de determinada enfermedad? ¿Te has detenido a pensar quizás en el origen real de aquello que te genera dolor o malestar?

La mayoría de las veces asumimos que es normal que nuestro cuerpo enferme y aceptamos, incluso agradecemos, contar con la medicina que nos alivie, aunque esto no signifique la curación total de nuestros males. Sin embargo, en cuanto empiezan a surgir interrogantes como los anteriores, e iniciamos una búsqueda para entender por qué enfermamos, se hace fundamental entender la mecánica y el diseño natural de nuestra naturaleza humana, que va más allá de la biología y el cuerpo físico.

El bienestar del ser humano no se basa solo en aliviar los síntomas que se presentan ante una enfermedad, situación económica o emocional, sino más bien, en aprender a escucharlos, ya que son justamente la señal de alerta que sabiamente nos brinda el cuerpo o el plano físico para avisarnos de que algo no está funcionando como debería.

Afortunadamente, la humanidad ha ido tomando cada vez más consciencia y dejando a un lado la externalización de las causas de sus dolencias, para voltear la mirada hacia el interior, entendiendo que el origen de gran parte de ellas reside justamente en lo más profundo y olvidado de su ser.

Desarrollar la habilidad natural inherente a todo ser humano para ver el aura, es una pieza clave en la búsqueda del entendimiento de nuestro ser y su anatomía física y sutil. Además, se convierte en una herramienta invaluable de diagnóstico en la medida que comprendemos que todo cuanto somos se manifiesta desde el interior hacia el exterior, y que nuestra salud integral requiere de un estudio integral de la conexión entre cuerpo, mente y energía.

Quiero hablarte de cada uno de tus cuerpos para que puedas “darte cuenta” a que “frecuencia” estás “vibrando” y como esto afecta tu Vida.

El cuerpo Físico es el que actúa, el que hace, ese que vemos a simple vista y que nos sirve de “vehículo” para actuar y experimentar la vida material.

El cuerpo Energético/Etérico también vital, es el que anima a nuestro cuerpo físico y está unido al mismo. Este cuerpo es como un doble o un gemelo electromagnético de nuestro cuerpo físico ya que es la suma de todos los sucesos eléctricos y magnéticos causados por la actividad neuronal del sistema nervioso.

El cuerpo Emocional también llamado astral. Es el que siente, en él viven y se acumulan todas nuestras emociones y, contrario a lo que se piensa, las emociones no están localizas en ningún sitio exacto de nuestra anatomía, sino que están a otro nivel que no es el físico.

El cuerpo Mental es el que piensa; en él se registran todos los eventos de nuestra vida y viven nuestros pensamientos los cuales por cierto no se originan en el cerebro (hasta la fecha ningún científico ha podido localizar la mente en el cerebro) si no en este otro cuerpo que se expande alrededor de nosotros como un “campo de energía”.

El ALMA nos conecta con el plano o la dimensión Espiritual, la energía que lo crea y lo impregna todo.

Cuerpo de ETERNIDAD “ETRETÊ”

Este cuerpo de Etretê no tiene nada que ver con el cuerpo Astral, su Luz es EMANADA de sí misma, no es irradiada, está constituido de formas energéticas, que se despliegan en sobreimpresión del cuerpo físico y en el cual la Conciencia puede pasar cada vez más a menudo y con una visión más nítida de lo que es. Las manifestaciones que ocurren en la Corona Radiante de la cabeza, van más allá de cualquier visión a la que estamos acostumbrados: mente, corazón, aprender a reconocer la Visión de la Conciencia, esta visión no tiene nada que ver con los ojos físicos porque no es la aparición de ninguna imagen, pero es la comprensión inmediata que no pasa por el filtro mental y esta visión de la Conciencia se va a ir expresando de diferentes maneras en la medida de la práctica de cada vocal del chakra al que corresponde, puesto que esta vibración vocal te lleva a establecerte en la Presencia Infinita o Morada de Paz Suprema. Desde el momento en que estas en dicha Presencia, la pantalla mental, como la visión del corazón, van a hacerse totalmente blancas y es ahí, donde la Visión de la Conciencia va a llevarte primero a vivir y percibir de manera directa, la visión de la constitución del propio Cuerpo de Etretê; así como se puede ver con los ojos las manos, la visión interior está ligada a la Conciencia, ve su interioridad y lo que se desarrolla. Primero tendrás una visión vaga y luego precisa de esa Luz blanco lechosa uniforme, Vibral, que es la del Éter en su totalidad; su plasticidad es total y no reconoce la dualidad, ni la materia; así se empiezan a ver los triángulos elementales de la cabeza que son La Luz Vibral e independiente de los chacras, lo que se verá inicialmente el “enrejado Etérico”que se manifiesta en las dimensiones Unificadas, cuando se han integrado el Femenino y el Masculino en cada uno, pasando así a la Conciencia Unificada; el enrejado Etérico aparece en forma de cuadrícula a nivel del entorno, y luego se perciben los circuitos víbrales que constituyen en primer lugar los linajes del ADN Espiritual o Monadas, y las líneas son los elementales situados a nivel de la cabeza o Estrellas de la Corona

Toda la materia viva o inanimada está en constante vibración y se manifiesta bajo las formas de energía, luz o de sonido. Hay 7 Chakras principales y se ven en el campo etérico.

Son vórtex, vórtices o remolinos que permiten la circulación de energía, captándola y reenviándola, están en estrecha relación con las glándulas endocrinas y vitalizan los órganos físicos que les corresponden. Estos deben estar en la frecuencia del planeta para recibir la Luz sin distorsión y así las glándulas endocrinas manifestar secreciones armónicas y sostener la Luz y sus frecuencias en el ESTADO NATURAL del SER, los Chakras están conectados también a la LUZ vibral mediante sonidos armónicos y acordes a sus resonancias propias, lo cual permite a las personas entonar su nota de origen, conectar con su DIVINIDAD, con la energía universal.

La Vibración es una resonancia, actuando en el mismo lugar, sin ninguna circulación.